Según los historiadores, la vida de Mausolo no tiene nada destacable exceptuando la construcción de su tumba.
El proyecto fue concebido por Artemisia II de Caria, su esposa y hermana. La construcción fue comenzada durante el reinado de Mausolo y fue terminada alrededor de 350 a. C., un año después del fallecimiento de Artemisia.
La construcción de esta monumental tumba fue encargada a los arquitectos Sátiros y Piteos, quienes construyeron una estructura rectangular de 30 por 40 m, sobre ella 117 columnas jónicas en dos hileras sosteniendo el techo en forma de pirámide escalonada, y sobre este último la estatua de una cuadriga con las efigies del rey y la reina, alcanzando en conjunto unos 50 m de altura.
Para completar esta maravilla, los mejores escultores griegos de la época tallaron figuras y relieves en su estructura. El número total de estatuas ascendió a 444, aproximadamente.
Soportó las invasiones y destrucción de la ciudad por parte de Alejandro Magno, los bárbaros y los árabes, pero, finalmente, fue destruido por un terremoto en el año 1404.
En 1522 los Caballeros de San Juan utilizaron los restos para la reparación del Castillo San Pedro de Halicarnaso. Durante esta época, se encontraron una serie de túneles, debajo de la construcción, que llevaban a los sarcófagos de los difuntos reyes. La tumba fue saqueada por ladrones y por eso hoy ya no quedan restos de ella.
El mausoleo, en un grabado coloreado a mano diseñado por Martin van Heemskerck (siglo XVI).
La estatua superior y algún friso se salvó, hoy se puede admirar en el Museo Británico en Londres.
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